lunes, 2 de abril de 2018

ANTOLOGÍA 2017: QUERENCIA DE UNA LENGUA




QUERENCIA DE UNA LENGUA

¿Qué fue lo que cambió mi vida de pueblo chico?, ¿una frase?, ¿una canción?, ¿una comida del extranjero?, ¿un baile?, ¿unos ojos coquetos?, ¿un cuento?, ¿un poema? ¿Qué fue lo que me hizo querer preguntar mucho y escuchar respuestas aunque no las entendiera? La clave es conocer a fondo otros idiomas, culturas y países. Un intercambio de jóvenes me llevó a Colombia para mi primer contacto con lo hispano. La aventura de lo diferente, lo foráneo: fue lo opuesto a la experiencia de mi niñez. Hablar con señas fue la regla de los primeros días, pero rápido me enseñaron las interrogativas: «¿Cómo se dice esto? ¿Qué significa aquello?». Y poco a poco se fue fortaleciendo mi léxico en español. Mi torpeza de norteamericano monolingüe empezó a aflojarse a pesar de los muchos errores. Pero desde el comienzo me enseñaron que si me corregían es que me habían entendido. Hubo comunicación. Sentí un calor muy hispano emerger de las familias, de las amistades y hasta de los niños jugando al fútbol en las calles. Las selvas andinas y la majestuosa capital me inspiraron a conocer más de los hispanos y sus costumbres. Luego en la universidad me especialicé en Estudios Hispánicos y viajé a España donde tuvimos un profesor madrileño. Participamos en actividades sociales y culturales con estudiantes españoles. Experimenté festivales regionales y religiosos. Visité museos, palacios, catedrales y otras maravillas arquitectónicas del país. Viví un ambiente de crecimiento intelectual y armonía familiar. De esta manera le perdí el miedo a lo diferente. Aprendí a no juzgar y pasé a un estado de constante evolución. Estudiar idiomas y vivir en otras culturas permite el crecimiento total del individuo para funcionar en un mundo diverso y complejo.

Bradley Warren Davis
Traductor y ensayista
SAINT PETERSBURG, FLORIDA (EE.UU.)
(XI Antología)

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