jueves, 16 de agosto de 2018

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES







«… Cuando el tren se paraba, se levantó vacilante hasta envararse frente a la ventanilla, vislumbró en la lejanía la silueta inolvidable del coloso andino para murmurarle una emocionada e íntima desiderata: “¡Juan y Pedro, que las huacas del Marmolejo os transporten al eterno valle de la amistad y el compañerismo!”» (pág. 120, Pablo Gasca Andreu).

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