VIDA
Nací en un lugar castellano de cuyo nombre sí quiero acordarme.
Aprendí las palabras antiguas de la tierra y supe que eran de agua
como el río que lleva lentamente a la mar los instantes perdidos,
y supe que eran de aire, y supe que eran de fuego,
que traspasaron océanos y de nuevo volvieron
para renombrar las cosas y sentarse conmigo.
Marché luego del pueblo de sardones y vides,
de encinas centenarias y resinosos pinos
y me llevé las palabras por llenar otros aires y la nieve del sueño.
Y hallé un trabajo y tuve libros, y hallé una mujer y tuve hijos,
ya planté pimpollos y chopos y negrillos
en mi adolescencia de asombro y vuelo.
Nunca estuve en América, pero me llegaron
las desatadas voces, el estallido ingente, el asombro fantástico
que hicieron crecer Macondos y Comalas,
las grandes narraciones que tomaron Barcelona
para hacer nuevas Españas en cada corazón abierto.
Y el corazón tan mío, tan rebosando mundos
se detuvo un verano, dejó de latir, me dijo:
«Puede continuar, recuerda, la vida sin ti».
Camino ahora más lento, más abiertos los ojos,
leyendo a los poetas de orillas del Atlántico,
dejando mis palabras diseminadas al viento.
Me hallará bien dispuesto, cuando retorne, la muerte.
Jesús Andrés Pico Rebollo
Nacido en SARDÓN DE DUERO (Valladolid) en 1956, reside en Sabadell
(Barcelona)
Blog: http://dedondenaceelviento.blogspot.com.es
Primer Premio Orola 2008
(XII Antología)
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