ESPAÑA
Soy el hijo rebelde de tus
dolores, España.
Si me has dado un instinto nuevo
para las últimas angustias,
dame pues, también, la estoica
paciencia
de soportar la hemorragia de tu
historia
sin que me arrastre el Ebro
con su idiosincrasia indiferente.
Llevo vorágines encadenadas a la
sangre
por antiguas herencias,
y no sabía que me esperaba la
cuenta
de una deuda sin factura
y el dolor de pagarla cada día.
Vine a recoger el uniforme de
alguien
que perdió la bandera,
y con más años que yo,
quedó tirado al desbordarse el
cáliz.
Buena eres, España, para mis
huesos profanos
que se irán pensando en ti.
Para mis libros y versos
que rodaron desde las cumbres
eternas
buscando una lápida junto al mar
azul.
Ahora toca llorar por tus
trincheras, siempre abiertas,
en las que Dios no se mete con
los hombres.
¡Qué terrible es amarte, España!
Carlos Oyague Pásara
Nacido en LIMA (Perú) en 1945, reside desde hace
veintiocho años en Barcelona
(XII Antología)
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