EXISTENCIA
EN LA TIERRA
(Canto
a Pablo Neruda)
«Aquí en la isla
el mar
y cuánto mar
se sale de sí mismo
a cada rato,
dice que sí, que no,
que no, que no, que no,
dice que sí, en azul,
en espuma, en galope…».
(Pablo Neruda)
Tú existes, Pablo, en todas las calles de la tierra
que pueblan sus plazas de gritos y de salves,
de obreros con hambre de justicia, de oprimidos
que no se callarán ante las botas que los pisan.
Estás en las avenidas que cruzan los amantes,
en el libro que abre las horas lentas de la noche,
en el tranvía suburbano que une barrios y destinos,
en el poeta que contempla la lluvia en los cristales.
Existes en los brazos de los amores adolescentes
que dejaron veinte poemas en la sed de tus labios
y en la canción desesperada al filo de tu boca
que te ayudó a encontrar una residencia en la tierra.
Existes en las piedras que sostienen la muralla,
en los árboles que cobijan los frutos de la vida,
en las alturas de Machu Picchu, en el brazo
que ayuda al hermano caído a levantarse.
No te hemos olvidado. No, aquí nadie te olvida.
No hay olvido cuando la voz reside en el corazón.
Tu verso nos enseña a palpar la esencia de la vida,
a tender el brazo hacia el amigo, a respirar
la pasión por nuestro origen y nuestra casa.
España te dolió en lo más hondo del corazón,
en la hora aciaga de la muerte y del dolor
que borró de la tierra la voz de Federico.
Te dolieron las lágrimas de papel, de cebolla,
que llenaron de esperanza y de sueños imposibles
las celdas que habitó Miguel y su final terrible.
Tú aprendiste a nacer tras cada una de sus muertes,
hiciste de tu verso un canto para la libertad
y sembraste semillas de esperanza sobre el cielo
que viste de azul el rostro de un niño en el mar.
Existes aún, estás aquí, en todo cuanto digo.
Existes en las palabras que rompen los silencios,
en las hondas entrañas de la tierra que piso,
en las manos que me guían a través de los caminos,
en el mar que añoras, azul, en la distancia.
José Luis García
Herrera
Técnico químico-alimentario
Poeta, narrador y crítico literario
Nacido ESPLUGUES DE LLOBREGAT (Barcelona) en 1964
(XIII Antología)
el mar
y cuánto mar
se sale de sí mismo
a cada rato,
dice que sí, que no,
que no, que no, que no,
dice que sí, en azul,
en espuma, en galope…».
(Pablo Neruda)
que pueblan sus plazas de gritos y de salves,
de obreros con hambre de justicia, de oprimidos
que no se callarán ante las botas que los pisan.
Estás en las avenidas que cruzan los amantes,
en el libro que abre las horas lentas de la noche,
en el tranvía suburbano que une barrios y destinos,
en el poeta que contempla la lluvia en los cristales.
que dejaron veinte poemas en la sed de tus labios
y en la canción desesperada al filo de tu boca
que te ayudó a encontrar una residencia en la tierra.
en los árboles que cobijan los frutos de la vida,
en las alturas de Machu Picchu, en el brazo
que ayuda al hermano caído a levantarse.
No hay olvido cuando la voz reside en el corazón.
Tu verso nos enseña a palpar la esencia de la vida,
a tender el brazo hacia el amigo, a respirar
la pasión por nuestro origen y nuestra casa.
en la hora aciaga de la muerte y del dolor
que borró de la tierra la voz de Federico.
Te dolieron las lágrimas de papel, de cebolla,
que llenaron de esperanza y de sueños imposibles
las celdas que habitó Miguel y su final terrible.
Tú aprendiste a nacer tras cada una de sus muertes,
hiciste de tu verso un canto para la libertad
y sembraste semillas de esperanza sobre el cielo
que viste de azul el rostro de un niño en el mar.
Existes en las palabras que rompen los silencios,
en las hondas entrañas de la tierra que piso,
en las manos que me guían a través de los caminos,
en el mar que añoras, azul, en la distancia.
Técnico químico-alimentario
Poeta, narrador y crítico literario
Nacido ESPLUGUES DE LLOBREGAT (Barcelona) en 1964
(XIII Antología)
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