MI
PASADO Y MI FUTURO UNIDOS EN MI PRESENTE
Nací
criollo en Sudamérica para luego emigrar a España. Unos decían que regresaba a
mi tierra, otros que volvía a mis orígenes, mas yo sentí que me trataban como a
un extranjero de segunda. Términos despectivos para hablar de mí, miradas
furibundas e incluso improperios a mi cara confirmaban mis peores temores: para
ellos nunca sería uno más.
Afortunadamente
eso fue al principio; luego el tiempo con su inexorable paso, o puede que por
mi saber «facer Españas», que me llevaron a devolver flores cuando recibí
insultos y nunca dejar caer una amarga palabra para hablar de quienes nos
quitaron nuestras raíces para cambiarlas por las suyas, para quienes
colonizaron nuestras cenizas a golpes de Biblia, fue revirtiendo la situación
hasta convertir mi hasta ahora tortuosa vida, en algo más digno de sobrellevar.
Ahora,
pasaron más de setecientas lunas desde mi entrada a este país, que me recibió
con uñas y a la defensiva, lleno de temores infundados producidos por mentes
sin memoria. Ahora ya sí, me ven como a uno más; mi mestizaje parece haberse
aclarado y ha rescatado de sus corazones en cavernas ese resquicio de humanidad
que hace a este país un sitio idílico para vivir. Cuando no se fijan en tu
piel, cuando te miran con el alma, entonces puedes disfrutar de una tierra que
no necesita conquistar para ser realmente hermosa, que presume de diversidad y
de culturas sin igual, que todas juntas pueden, y deben, cambiar las oscuras
mentes que reflejan en la piel mestiza sus ponzoñosas miserias.
Ahora
soy feliz en un país que unifica mi pasado, mi presente y mi futuro y que de la
mano de mi hispana y bella mujer espero me permita llevar una vida a la altura
de las maravillas que me rodean.
Pedro Ran Pérez
Trabaja en una compañía de seguros desde hace
muchos años, le apasiona leer y escribir, cuando puede
(XIV Antología)
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