lunes, 26 de julio de 2021

ANTOLOGÍA 2020: LA AVENTURA

 



LA AVENTURA
 
Tenía nueve años y vivía en una aldea remota de la montaña. Pasaba los días cuidando del ganado y ayudando a padre en las tierras, arreglando aperos o cortando leña, mientras madre y las hermanas se ocupaban de la casa, el huerto, las gallinas y el cerdo. Nunca faltaba algo que llevarse a la boca, pero nunca sobraba tampoco ni un mendrugo de pan. Y es que eran muchas bocas: siete hermanas tenía, más el hermano que se fue a Cuba.
 
En una gélida noche de invierno sin luna, le dieron la noticia. «Te irás a Cuba con tu hermano». Y ahí estaba el mar, como si los valles que veía desde la montaña en los días claros se hubieran llenado de agua. Tan subyugado estaba que casi ni se enteró cuando padre le dio, por primera vez, un abrazo; también le recordó que en la faltriquera que le había cosido madre llevaba el dinero y por nada en el mundo debía perderlo.
 
En las semanas siguientes solo sintió el pánico a esas olas que parecían querer devorarlo y la nostalgia de madre, su colchón de paja, el olor a pote y heno. No podía entender que, rodeado de más gente de la que imaginaba que existiera, pudiera sentirse tan solo. Hasta que un grupo de muchachos se le acercó un día para consolarle. Eran de un pueblo que nunca había oído nombrar y conocían bien el mar. «Lo único que tienes que temer es a los ladrones», le dijeron, y el más simpático se ofreció a guardarle el dinero.
 
Feliz de haber hecho amigos, el resto del viaje fue más llevadero, pero cuando llegó el momento de desembarcar, volvió a retorcerle las tripas el miedo: entre la muchedumbre no fue capaz de encontrarlos… Se había quedado sin dinero, pero, sobre todo, se había quedado solo, pues tampoco su hermano apareció por ninguna parte. Se lo explicó al hombre que revisó sus documentos y este le dijo fríamente: «¡Pero cómo voy a saber dónde está tu hermano si dices que vive en Cuba, pibe! Esto es Argentina».
 
Cuando el muelle se fue quedando sin gente, él aún estaba sentado en un banco llorando. «Sí —se consoló—. Mi vida va a ser toda una aventura».
 
 
Esther Bajo
Periodista, profesora de español para extranjeros y escritora
(
XIV Antología)
 
 
 
 


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