jueves, 28 de octubre de 2021

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«… Y América se me metió bajo la piel como una nigua y nunca me la he podido sacar. Mi tío, Obdulio se llamaba, tenía una sonrisa llena de dientes y un habla de guajiro de monte mientras me recitaba a Martí. El mar es un danzón de ida y vuelta. La luz de San Telmo fosforece esta noche para iluminar el rostro de mis abuelos. Uno a cada lado del océano. Los dos en mi pecho de ave viajera, insobornablemente mestiza» (pág. 192, Javier Izcue Argandoña, «Un misto basta»).


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