MESTIZAJE Y RIQUEZA
¿Quién
nos iba a decir no hace mucho, que en el año 20 del nuevo siglo íbamos a tener
que volver a poner de manifiesto las bondades de la cultura del mestizaje, del
cruce entre castas, linajes y progenies?
Porque
es bien cierto que una contracorriente oscurantista vuelve a poner en
entredicho las virtudes que encierra el fruto noble del mestizaje en su
vertiente más positiva y que evidencia la realidad. Sin afán de extenderme y a
manera de caleidoscopio voy a señalar una serie de celebridades de actualidad,
combativas y orgullosas de sus ancestros, a las que une el hecho de provenir de
congéneres de raza diferente, léase mestizaje puro y duro, la mayor parte
conocidas por el paciente lector y las que en ello no suceda, siempre queda a
nuestra disposición esa herramienta imprescindible en la que se ha convertido
esa universidad del universo, a propósito la redundancia, denominada Google.
Entre otras, podemos mencionar: a Dwayne Johnson, Alicia Keys, Keanu Reeves,
Mariah Carey, Bob Marley, Cameron Diaz, Christina Aguilera, Jason Momoa, Demi
Lovato, Vanessa Hudgens, Jesse Williams, Halle Berry, Bruno Mars, Karen O,
Lenny Kravitz, Wentworth Miller, Vin Diesel, Naomi Campbell… Interminable sería
la lista, pero aquí deseo dejarla. Muchos de estos nombres que en la lista
surgen han luchado con valentía y riesgo por ser reconocidas en la igualdad
mientras conseguían el merecido éxito. Ser birracial, mulato o mestizo les ha
supuesto un hándicap al que se han enfrentado personas eclécticas que se nutren
de ser frutos de dos razas, de tradiciones diversas y formas de pensamiento
distintas y que han hecho de la multiculturalidad su bandera y blasón.
Y
es que como dijo Pérez Galdós: «La verdadera nobleza no radica en la sangre,
sino en el corazón».
Luis Carlos S. M.
(XIV Antología)
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