MIENTRAS AQUÍ Y ALLÍ HAYA…
que se muestren orgullosos de Machado, de Cervantes…
como nosotros lo estamos de Gabriela Mistral, de Cortázar…
en los que la palabra «amar» signifique el más sublime de los sentimientos
y el encuentro biológico y cultural de etnias distintas se mezcle,
surgiendo descendientes como López, «hijo de Lope»,
o Fernández, «hijo de Fernando»,
podremos seguir sintiendo el abrazo de la misma sangre
y continuaremos construyendo puentes entre nuestras almas.
Mientras haya pintores en otras tierras,
como Saturnino Herrán, con su pincel asociado al de Velázquez,
o Dióscoro Puebla, pintor del primer desembarco de Colón en El Salvador,
diremos que somos hijos de vientos que arrastran los mismos matices.
Mientras haya escultores como Botero, sui generis, inclasificable,
o una réplica exacta de la fuente de la Cibeles de Madrid, en México,
como monumento de amistad entre nuestros pueblos
podremos estrecharnos las manos como camaradas.
Mientras haya migrantes de Centroamérica
que se encuentren con muros de metales oxidados
que les impiden el paso a las tierras vecinas
y nos lleguen a España imágenes de niños extenuados,
tristes, separados incluso del amor de sus padres,
por una «tolerancia cero» al otro lado de las vallas,
nos sentiremos más cercanos a vosotros.
Y pensad que si no llegan a brotar nuestras lágrimas,
es porque se depositan en nuestros corazones
al continuar «faciendo Españas».
Mientras allá, en tierras americanas, existan hispanohablantes
que comprendan los mismos apotegmas:
«A Dios rogando y con el mazo dando», «El amor no entiende de color»…
podremos hablar de alianzas y a la par de mestizajes.
Nacida en ARATORÉS, un pequeño pueblo en el Pirineo oscense
Estudió Magisterio, especialidad en Ciencias
Administrativa en una correduría de seguros
(XIV Antología)
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