viernes, 12 de noviembre de 2021

ANTOLOGÍA 2020: EL MAPA Y EL TERRITORIO

 



EL MAPA Y EL TERRITORIO
 
Cuando estaba en el colegio, tocaba con devoción los mapas. Nada me incitaba a la aventura y a la posibilidad como ellos. Sobre todo, el de América, con sus ríos inconmensurables y ese esplendor verde del Amazonas. Ya que allí, lo aseguraba la profesora de Geografía, hablaban el mismo idioma que nosotros.
 
El Dorado, un mundo similar al paraíso, que se hallaba en Nueva Granada, donde un rey se cubría en polvo de oro frente a un lago que habitaban sus dioses. O la plata de Bolivia. Así se decía «vale un Potosí», por un monte de vetas interminables y brillantes.
 
Se presentaba Cuba. «Más se perdió en Cuba». La isla perfecta, abundante en todo y bellísima, que por las guerras se extravió, con dolor incomparable nuestro.
 
Pero el sabor mágico que se infiltraba en mí era el de un perfume carísimo, la visión de un joyero con engastadas gemas. Así debía de ser aquel continente. Por lo que, al convertirme en adulta, pudiendo viajar a todos lados, no me atrevía a volar a Hispanoamérica para no decepcionarme.
 
Afortunadamente me empujaron a la singladura, y descubrí que las expresiones hiperbólicas no lo eran. El escuchar mi lengua, pronunciada de otra forma, con modismos que la enriquecían, me extrañó y sedujo. Y el ver una naturaleza extraordinaria, inimaginable desde mi esquina en el mundo, me devolvió el asombro.
 
Soy consciente de que puedo escribir obras que sean allí leídas, como yo hago con su espléndida literatura. Me negaré siempre a discriminar a nadie, pero aún menos a quien sueñe en mi lengua y ha venido aquí por necesidad, como fuimos nosotros allí durante siglos. Ahora sé mucho más que de niña. Ahora sé que tengo varias patrias.
 
 
­Gloria Fernández Sánchez
Nacida en MADRID en 1960
Licenciada en Derecho, en Historia Antigua y Arqueología
(XIV Antología)
 
 


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