LOS
PADRES DE MI NOVIO
Los
padres de mi novio despiertan la curiosidad de quienes los conocen. Su mamá es
cubana, hija de español (gallego) y americana de ascendencia oriental; tiene
unos hermosos ojos rasgados. Su papá nació en Baracaldo, en la margen izquierda
de la ría. Estudió música por la insistencia de su madre y llegó a ser un buen
chelista. Tras la guerra civil emigró a América y recorrió el continente
tocando en diversas formaciones, de sur a norte, del bolero al jazz. Al
final se asentó en La Habana, donde conoció a mi futura suegra, se casaron,
entró a formar parte de la Orquesta Sinfónica Nacional y, cuando el porvenir se
llenaba de promesas y una casa en El Vedado era algo más que una posibilidad,
la Revolución entró en el argumento de sus vidas y España en su futuro. Un
poquito antes de cruzar el Atlántico nació mi novio, y antes de que cumpliera
su primer año de vida ya estaban los tres en Alicante, buscando un nuevo lugar
donde asentarse.
En mi novio conviven el arroz con frijoles con el bacalao al pilpil; las sonatas para chelo de Bach con las «descargas» de Israel López, Cachao; las galernas del Cantábrico con los huracanes del Caribe; el malecón de La Habana con la ría del Nervión; la txapela con la guayabera; la banana frita con la manzana al cabrales; el chacolí con el daiquirí; el «ya tú sabes» con el «tú ya sabes»; el punto guajiro con el aurresku; el árbol de Guernica con la palmera; el bonito del norte con el tiburón y el timón con el volante.
Mi novio es una mezcla de los mundos de sus padres, y en sus ojos negros se respira la humedad del océano.
MONTEVIDEO (Uruguay), 1960
Profesor de Mercadotecnia y Retórica
(XIV Antología)
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