MESTIZAJE
DE AYER, HOY Y MAÑANA
Mixticius,
cruce, combinación, mezcla de sangre, mestizaje… demasiados sinónimos para
describir una realidad imperante desde hace siglos en nuestra historia.
Encuentro biológico y cultural que da nacimiento a nuevas poblaciones, nuevas
etnias, nuevos fenotipos, casi siempre inimaginables y llenos de autenticidad.
Nos
estamos refiriendo a esa fantástica capacidad que tiene el ser humano de poder
transformarse y dar la mejor versión de sí mismo.
Mestizaje
pasado, nos evoca a nuestra latinidad y especialmente a nuestra querida
Latinoamérica con la que nos unen grandes puentes, conexiones que van más allá
de un apellido, son lazos que atan nuestra conmiseración de una forma genuina.
Conversar de mestizaje es platicar también de invasiones, disputas y torneos de
poder, algunos aún en proceso de cauterización. Historia colmada de bucles,
historia inacabada, historia viva en la que retornar proezas, matizarlas a
nuestra eventualidad y sostenernos legatarios de ella.
Presente.
Habitamos un mundo globalizado. Nuestras ciudades son destellos de un orbe que
ya perdió su lábaro. Basta con cruzar las arterias de nuestros barrios y
sumergirnos en los escondrijos de otra civilización. Paladear la comida más
exótica, o percibir melodías que nos remiten a culturas centenarias. Visión
cosmopolita aunada a la mundanidad en una mezcla continua que no acaba de
homogeneizar.
Mestizaje
futuro. Las revoluciones sociales y raciales serán mestizaje o no serán. Unidad
en la diversidad. Anhelar un futuro que se erige a un ritmo vertiginoso.
Asistimos a un mestizaje que se construye como proceso dinámico. Humanidad que
no cesa de crear, imaginar, inventar, concebir y trazar mestizaje infinito.
(Mestizaje
por siempre y para siempre).
Víctor Quesada Cubo
Nacido en ALHAMA DE GRANADA, reside en Madrid
Médico residente en Medicina Preventiva y Salud Pública
(XIV Antología)
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