DISTRACCIÓN
La distracción elude la monotonía de
la vida.
Buscamos la distracción para
salirnos de los raíles consuetudinarios.
Hay que distraerse para no reducir
la vida a una obsesión.
Un hombre perpetuamente distraído es
un ser irreal.
Distraerse es bueno y sano cuando
constituye
un acto consciente del hombre
responsable.
La distracción para que sea positiva
debe constituir el cenit de una
cadencia.
Ocupación y distracción son los dos
elementos fundamentales
de la actividad humana.
La distracción supone un periodo
previo de ocupación.
El ocio es un espacio de tiempo
hueco,
vacío de contenido y que hay que
llenar.
La distracción normalmente se
produce en los tiempos de ocio.
Cuando la distracción se realiza
fuera de los periodos de ocio,
merma nuestra actividad creadora.
La distracción nos integra en la
sociedad
y nos devuelve a un estado de
libertad.
La tensión de la vida moderna nos
exige como compensación
una mayor capacidad de distracción.
(Fernando Orlando, Tomo II, 1966)
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