SIN MIEDO
Cada vez le costaba más avanzar. La canícula aplastaba el cercano valle de Urubamba y un viento inmisericorde pugnaba por arrancarle el sombrero de paño, discretamente adornado con mostacillas. Decidió detenerse para recuperar el aliento. Aquel petate preñado de libros empezaba a pesarle casi tanto como las dudas. Su ropa olía a miedo y la angustia rielaba en sus pupilas como un estandarte raído a merced de la tormenta. ¿Sería capaz? Al levantar la vista, los ojos se le inundaron de un rebaño de nubes cabalgando el cielo, del verde feraz que vestía los campos amaniguados, de la calma tensa que danzaba en el aire y le arañaba la boca del estómago. Aun así, retomó la marcha.
Ya se adivinaba la grisura de Cuzco y su centro histórico. En él señoreaban sus dieciocho cuadras coloniales, veladas por la plaza de Armas y próximas a la Universidad San Antonio Abad, fundada por los españoles hacía casi dos siglos. Hasta la fecha, esa institución había acogido a hijos de peninsulares, indios y criollos de buena familia. Pero lo suyo era diferente. Si estaba allí, era por un permiso especial que le habían concedido en aquel 1875, cuando rozaba los treinta años de edad. Al entrar, se sumergió en un océano de murmullos y miradas reprobatorias. Solo entonces se percató de que aquello no le infundía temor, sino que le daba más fuerza.
Entró en el aula, se sentó y sonrió. Lo había logrado. Ella: Trinidad María Enríquez, la primera mujer que cursaría estudios de Derecho en Sudamérica.
Cèlia Roca Martín
Nacida en Barcelona en 1980
Licenciada en Periodismo, Humanidades y Asia Oriental. Máster en cultura asiática y marketing digital
Página web: www.celiarocamartin.com
(XV Antología)
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