«Donde termina el Camino de Santiago, en la plaza do Obradoiro, se divisa un pasado, un presente y un futuro. Entre monumentos ostentosos y simbólicos, cuya arquitectura evoluciona del estilo románico a la mezcla entre lo espiritual y lo mágico, se asoma un edificio tan particular como único. Particular por sus funciones y único por su destino. Y es el Hostal de los Reyes Católicos…» (pág. 252, Bozhana Stoianova Stoeva, «Huellas invisibles»).
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