
FUTURO
Hablamos de
futuro en términos diferentes.
Para unos,
el futuro es una consecuencia imprevisible
de una serie
de factores ajenos a nosotros.
Para otros,
el futuro es la obra del hoy y del mañana
en un
esfuerzo titánico y personal.
Cuando me
preocupo solo del hoy y no preveo el futuro,
correré el
enorme riesgo de encontrarme en situaciones imprevistas.
El futuro
tiene mucho de coordenadas cartesianas y por lo tanto cabe vaticinarlo.
La lógica y
la causalidad dominan el curso de nuestro futuro.
Cuando
hacemos unas previsiones, estamos adelantando nuestro futuro.
Se aplican
las previsiones en todos los campos de la actividad humana
cuando se
siguen criterios racionales.
Cuando es la
voluntad —inducida por alguna pasión— la que violenta
la previsión
lógica, el futuro se hace incierto y problemático.
En la
previsión del futuro, la lógica gana por mayoría aplastante
siempre que
seamos imparciales.
Actuamos,
casi siempre, condicionados por posturas personales.
Es difícil
estar libres de todo prejuicio y por ello es difícil razonar en pura lógica.
El futuro es
tuyo y mío. Lo hacemos juntos con tus obras y las mías,
con tus
errores y los míos.
(Fernando Orlando, 1968)
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