AL HAMBRE DE LAS INVESTIGACIONES
Surcan en mi yo carabelas
de palabras viajando desde las Españas a ultramar.
Estar vivo es nacer a cada instante, desde la magia de la historia.
Vida que se puede medir con
la intensidad que se vive.
Pinceladas de don Quijote y
Sancho.
Miro a los criollos y al
Inca Garcilaso de la Vega.
El arte de vivir pasa por
cuidar lo que pensamos.
Machado, Lorca…
Un río inmenso navegando
vivencias en «facer las Españas».
En medio del fragor de la
lucha, descubrí mi verdadera vocación.
Sobre puentes de palabras,
camino del desahogo.
Rebuscar la intensidad de
sensaciones, cuando llega «él» y rompe todos los esquemas.
A veces se ahoga la
esperanza en mares demasiados estrechos.
Silencios que curen
palabras que el tiempo ha dormido.
Cultura, educación, arte,
religión, reflejo de nuestros días.
El saber de las universidades
españolas, ofreciendo todo su conocimiento al mismo tiempo en América.
Doce años con los motores
encendidos... «párkinson» día a día, con la voluntad, el entusiasmo, la ilusión
y el esfuerzo.
La neurociencia, la
bioquímica, las investigaciones nacidas del aprender de nuestros antepasados
científicos.
Las universidades de Indias,
a partir del siglo xvi, junto a la
Universidad de Salamanca, espejo donde mirarse… atajo que llega al estudio del
investigador, porque cuando hay fe en el futuro, hay capacidad en el presente.
Pienso que la tarea más
noble que se puede hacer es ofrecer un futuro.
La universidad no es una
vela que se apaga, es una antorcha que dejaron encendida para futuras
generaciones.
De la educación heredada
por el investigador deseo saciar mi hambre aliviando mis cicatrices.
Mari Carmen Agudo
Segovia
«Escribir es vivir dos veces»
(XV Antología)
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