viernes, 25 de noviembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021: LA MISIÓN

 



LA MISIÓN

 

La muerte de Ennio nos ha afectado a todos. Sobre todo a mi primo Alberto, cuyo padre, mi tío Antonio, tuvo gran amistad con él. Tanta que al nacer su primer nieto, el hijo de Alberto, propuso que se llamara Ennio, un nombre poco usual en España. Se trataba, según él, de propiciar que el recién nacido recibiera el don de la música al llamarse como el gran compositor italiano. En esta familia todos somos melómanos. Esa pasión ha sido como una herencia familiar, una tradición de la que todos estamos muy orgullosos. 

Mi tío Antonio guardaba copia de muchas partituras renacentistas y barrocas, conseguidas en los archivos de universidades fundadas en el Nuevo Mundo durante los siglos xvi y xvii, entre ellas la Universidad de San Marcos en Lima, la Universidad de San Francisco Javier en Bogotá, la Universidad de San Gregorio Magno en Quito, una universidad regida por los jesuitas, o la Universidad de San Francisco Xavier en Sucre. 

Me he referido específicamente a la universidad jesuítica de Quito porque hace casi cuarenta años, cuando mi tío Antonio estaba en plenitud de facultades, le dijo a mi padre que le había escrito Ennio solicitándole información sobre archivos catedralicios de la América española. Le habían encargado la banda sonora de una película sobre las reducciones del Paraguay, unas misiones donde los jesuitas intentaban cristianizar a los nativos guaraníes. Debía componer unas canciones corales para la secuencia final del film y quería inspirarse en las composiciones de la época. Mi tío le dijo que precisamente había recopilado durante años partituras procedentes de las universidades y de las capillas catedralicias de la América española. Se las proporcionó.

Lástima que no se cite a mi tío Antonio en los títulos de crédito de La misión.

 

 

Francisco Javier Aguirre

Logroño (La Rioja), 1945

Escritor

(XV Antología)

 

 


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