«Es de Salamanca la casa
de luces más añeja, bajo la embriaguez del sol más impetuoso de los veranos,
con el frío más poderoso de los inviernos. Y el Tormes allí, lúcido, perpetuo.
La otra casa de esbelto lucimiento, la de Alcalá de Henares, ciudad donde
Cervantes tuvo su primer hálito, y con él nacía el don Quijote de la Mancha,
perfecta universalidad española. Estas dos vertientes, a poco tiempo del
descubrimiento de América, serían los modelos universitarios que inspiraron a
España para la fundación de las universidades indianas en el Nuevo Mundo…»
(pág. 180, Iraida Josefina Castro González, «La casa que vence la sombra»).
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