Una de nuestras autoras más leales, Luisa Fernanda Rodríguez Lara, ha querido compartir con nosotros un texto sobre la nueva Antología Orola y la entrega de premios del pasado 28 de noviembre.
«Luces artificiales en el ocaso encendido de Madrid. Natalicio en Gran Vía de la XVI Antología de Vivencias Orola este año sobre la Escuela de Salamanca y las Leyes de Indias. Las últimas ediciones han tenido tema monográfico, siempre relacionado con “Facer Españas”, tarea minuciosa de documentación y embellecimiento literario para los participantes en el certamen. En la Gran Peña de Madrid se celebró el acto de presentación del volumen el pasado lunes 28 de noviembre. Ochenta textos de audaces autores han florecido. Hasta ahora eran cien los publicados, sin embargo, los laberintos histórico-literarios hacen que la primera criba sea una autoexclusión de los aspirantes a intervenir en esta tarea, además solidaria. Gracias a Fernando Orlando y todo su equipo, el español se acicala de mil formas. Los beneficios de la venta de los ejemplares van a la Fundación de Esclerosis Múltiple de la capital. Hubo luz, claro que sí, de otro tipo y que permanece como árbol de hoja perenne.
La editorial envía los libros
a bibliotecas, embajadas y todos los organismos a los que pueda interesar de
forma gratuita. Los particulares pueden adquirir el recién nacido, así como
ediciones previas, yendo a la sede editorial en López de Hoyos, 327, 1ª, 28043
Madrid, o solicitando su envío por correo (gastos de envío a parte €) al precio
de 15 € el ejemplar de 230 páginas si no se es autor del mismo. Repetimos que
la entidad beneficiaria en su integridad es la Fundación de Esclerosis Múltiple
de Madrid, cuyo presidente estuvo en el acto, así como D. Fernando Orlando, D.
Joaquín Leguina, el embajador D. Felipe de la Morena y resto del jurado, sin
olvidar a los ganadores de los cuatro primeros premios y otros autores, como
quien escribe, que ha visto su vivencia publicada con regocijo, eso ya es un
galardón al tratarse de una convocatoria internacional. Hasta de Japón han
llegado tres vivencias.
Como
empadronada que estuve en Salamanca, el tema me tocaba más allá de lo
anecdótico y académico. En vez de volcarme en Francisco de Vitoria (se intuía
el preferido), opté por jugar con la cosmogonía maya, la divinidad del “Maíz”
(título de mi vivencia) y presentar un diálogo vivo, no carente de entresijos,
rayano en la ética, lindante con la teología y de corte atemporal por las
pinceladas sobre Gonzalo de Berceo, Jorge Manrique y de forma tácita sobre Juan
Ramón Jiménez (perfecto como la rosa). Los “caos desastrados” que se nombran
entonces, bien pueden ser sustituidos por los actuales de autocracias,
dictaduras férreas y carencia de respeto por el ser humano como individuo con
derecho a vivir y a hacerlo de forma libre. Incluso de la idea como lobo para
sus propios congéneres en este tiempo nuestro, cuando el conflicto, el
escándalo, la ofensa y la cizaña proliferan en detrimento de la concordia y el
respeto. “Maíz” es un canto al amor, es una lección de amor —título de otra vivencia—
a la que invita el jesuita Juan de Mariana (de ahí que los franceses de 1789 hicieran
de la Marianne la alegoría, el símbolo de la República francesa y su tríada de
ideales).
Claro que tiene miga plasmar todo eso en no más de 1500 caracteres dentro de los límites de la literatura, que los ha de tener. Las tendencias de hoy día pasan por “politizar/adoctrinar” toda manifestación cultural y hacer del arte un “si no estás de acuerdo con mi opinión y no te dejas manipular, eres un…”. Omito sustantivo y adjetivo. “Maíz” termina con una invitación al diálogo enriquecedor, al razonamiento sosegado de aquellos que saben. No por tener un músculo llamado corazón cualquier ser humano puede hablar de él o intervenirlo como un cardiólogo.
Hemos disfrutado sobremanera en Madrid, departiendo con los organizadores y asistentes, sintiendo una cálida acogida en la Gran Peña. Lugar perfecto para sentirse “familia”. Gracias».
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