«… Para defender la
obra de Dios, deberá enfrentarse a su ministro en la tierra. Refutar las bulas
de Alejandro VI, aquellas que a la sazón legitimaban a los conquistadores para
desposeer a los indígenas de sus propiedades. Cuestionar la autoridad papal,
negándole el poder temporal que podría constreñirlos a abandonar su fe. Los
ecos del sermón de Antón Montesino, pronunciado años atrás, aún le resuenan
como puñadas en el alma: la esclavitud nada tiene que ver con la cantidad de
sol que les besa la piel…» (pág. 10, Cèlia Roca Martín, «Bajo el cielo de
Salamanca») Primer Premio.

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