DODECÁLOGO VITORIANO
De repente, la curiosidad del monarca, hasta
entonces atenta a las irónicas ocurrencias del bufón don Francesillo de Zúñiga,
fuese desviando hacia la carta manuscrita facilitada por su confesor. Al poco,
recogido en una cámara más privada y con la sola compañía de fray Domingo de
Soto, leyó en silencio, absorto y concentrado, aquellas doce líneas:
1. Todo ser humano
es libre, jamás esclavo de nadie.
2. Por derecho natural, ninguna persona es superior a otra.
3. Nacer es por razón propia, no de los demás.
4. Ni siquiera a los dementes se les pueden quitar sus derechos.
5. Hay derecho a la propiedad privada, pero se permite la común en casos de necesidad.
6. La confesión de reos ante un juez no puede ser obtenida mediante tormentos.
7. No debe darse muerte a ninguna persona sin ser debidamente juzgada y condenada.
8. Es lícito que un condenado a muerte intente huir, pues la libertad se equipara a la vida.
9. El poder legítimo del rey solo puede provenir de una nación libre.
10. El orbe, gran república de hombres, da leyes justas y correctas a toda la humanidad.
11. La guerra solo es lícita si busca el mínimo sufrimiento y se apoya en razones justas.
12. Mejor «el hombre es hombre del hombre» que el clásico homo homini lupus.
Fue entonces, tras
su lectura y una breve reflexión, dirigiéndose al dominico, cuando Carlos I
exclamó: «¿Entiendo que vos, como colega en las aulas salmantinas de este
insigne don Francisco de Vitoria, compartiréis muchos de sus pensamientos?».
Y, en este punto, se entenderá que la respuesta del buen teólogo imperial, valedor de la evangelización pacífica del Nuevo Mundo, no fuese otra que un digno y bien razonado «facer Españas» en defensa de la dignidad y libertad de todos los seres humanos.
Valentín García Valledor
Exprofesor del instituto de Caudete (Albacete), poeta manchego-andaluz, miembro de la AGHA (Asociación Gente Haiku Albacete)
Sus premios y publicaciones como poeta y narrador aparecen recogidos en el blog proverMios.blogspot.com, donde puede leerse una bibliografía más amplia de su quehacer literario
(XVI Antología)
2. Por derecho natural, ninguna persona es superior a otra.
3. Nacer es por razón propia, no de los demás.
4. Ni siquiera a los dementes se les pueden quitar sus derechos.
5. Hay derecho a la propiedad privada, pero se permite la común en casos de necesidad.
6. La confesión de reos ante un juez no puede ser obtenida mediante tormentos.
7. No debe darse muerte a ninguna persona sin ser debidamente juzgada y condenada.
8. Es lícito que un condenado a muerte intente huir, pues la libertad se equipara a la vida.
9. El poder legítimo del rey solo puede provenir de una nación libre.
10. El orbe, gran república de hombres, da leyes justas y correctas a toda la humanidad.
11. La guerra solo es lícita si busca el mínimo sufrimiento y se apoya en razones justas.
12. Mejor «el hombre es hombre del hombre» que el clásico homo homini lupus.
Y, en este punto, se entenderá que la respuesta del buen teólogo imperial, valedor de la evangelización pacífica del Nuevo Mundo, no fuese otra que un digno y bien razonado «facer Españas» en defensa de la dignidad y libertad de todos los seres humanos.
Exprofesor del instituto de Caudete (Albacete), poeta manchego-andaluz, miembro de la AGHA (Asociación Gente Haiku Albacete)
Sus premios y publicaciones como poeta y narrador aparecen recogidos en el blog proverMios.blogspot.com, donde puede leerse una bibliografía más amplia de su quehacer literario
(XVI Antología)
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