ASISTENCIA
La
asistencia es la presencia activa de una persona en favor de alguien o de algo.
Asistir es
no solo estar presente, que ya es mucho, sino ayudar, compartir,
participar
de alguna manera.
La
asistencia es obligada en aquellos casos de relación próxima.
Cuando se
asiste a alguien con frecuencia, nace el trato
y de este el
afecto y aun el amor…
Cuando hay
asistencia, se presupone una razón superior.
Es preciso
valorar nuestras posibilidades de ampliar nuestra asistencia
a aquellos
que más necesitan de nosotros.
Una gran
dosis de amor, comprensión y paciencia. Eso es asistencia.
Cuando no
hay asistencia, el amor no florece todas las primaveras.
Árboles
activos de adustas ramas que no dan flores ni frutos.
Eso somos
nosotros cuando nos encerramos en nuestro egoísmo.
Darnos,
abrirnos con generosidad, dando a conocer a todos los que nos tratan,
cuáles son
los puntos cardinales de nuestra caridad.
La familia,
nuestros compañeros de trabajo, nuestros vecinos,
la comunidad
en que vivimos.
Las obras
propias, las de ayuda altruista, las sociales, las benéficas,
todas ellas
deben ser objeto de nuestra asistencia.
Cuando
nuestro tiempo y nuestro afecto se estancan en nuestro cerrado egoísmo,
hay algo
generoso que podemos hacer y se pierde.
Perder el
tiempo, no volcar nuestro afecto y generosidad,
es el gran
pecado de nuestra sociedad actual.
Dar sentido
a nuestro ocio y nuestras relaciones personales,
a través del
generoso marco de la asistencia.
(Fernando Orlando, 1974)
No hay comentarios:
Publicar un comentario