M.ª Teresa Castaño Palacios
Nació en Cañizo, en la provincia de Zamora. Pronto vino a
Valladolid ya que su padre era maestro y toda la familia se trasladó a esta
ciudad. Estudió Derecho y obtuvo su título de licenciada en la Universidad de
Valladolid.
Desde temprana edad su padre les inculcó el amor por la
lectura y por los libros y, gracias a él, esa afición se ha mantenido desde su
infancia.
Particularmente le gusta la literatura española y siente predilección por los autores del siglo xix, con especial cariño a Galdós.
¿Cómo conoció el Premio Orola?
Lo conocí a través de la página web
escritores.org hace tiempo. Ya me había animado a participar en una ocasión en
el Premio Orola, en 2019, donde me hizo ilusión que publicaran una de mis
vivencias en la antología.
Sigo habitualmente el blog de Orola porque me gusta leer a diario la vivencia seleccionada que de cada autor se publica. Para mí es como una forma de empezar el día, casi como una oración. No he participado en muchos concursos: me gusta escribir para mí, pero tanto o más que escribir me gusta leer.
¿Qué
le
motivó a concursar?
En esta ocasión el tema propuesto me
fascinaba al tratarse de una figura directa y plenamente relacionada con la
literatura; el personaje propuesto es cautivador y me lo tomé como un reto. Quise
redescubrilo y conocerlo en profundidad.
¿Había participado en otras ocasiones?
Como he indicado más arriba participé en la edición de 2019.
¿Qué
opinión
le merece el tema de este año:
«Antonio de Nebrija»? ¿Y cuáles otros propondría para años posteriores?
El tema me ha parecido muy atractivo. Nebrija ha sido un autor de «altibajos», es decir, a veces conocido y a veces olvidado. Creo que no se le ha puesto
en valor lo suficiente en nuestra época y versar la convocatoria sobre él me pareció un acierto.
En cuanto a temas relacionados con «Facer Españas» estaría bien
dedicar una edición a la Institución Libre de Enseñanza que cuenta con
una nómina de figuras muy variadas (Giner de los Ríos, Joaquín Costa —el Regeneracionismo—, Leopoldo Alas, Menéndez Pidal, Juan Ramón Jiménez,
Ortega y Gasset, Antonio Machado y
muchos más). Me parece que es una corriente que reflexiona bien, y de forma seria, sobre la situación de la enseñanza en España y
sobre la nación española e intenta buscar soluciones a la decadencia en que se
encontraba España en el último cuarto del siglo xix y el primer tercio del siglo xx.
También la figura de Galdós sería digna de una edición por cuanto mereció el Premio Nobel y no se lo otorgaron.
¿Qué
diferencia al Premio Orola de otros premios literarios?
En el Premio Orola se mima a los concursantes. Durante todo el
proceso del certamen te mantienen informado de todo y es de agradecer. Es un
acompañamiento con los participantes. Al menos yo me he sentido así. La
publicación de la antología y destinar los fondos recaudados con su venta a la
ayuda de la Fundación de Esclerosis Múltiple de Madrid me parecen dos hechos
encomiables y dignos del mayor de los aplausos. La organización, exquisita.
¿Cambiaría algo de las
bases?
Las bases son
correctas, no cambiaría nada. E incluso
diría que fue un gran avance implementar el desarrollo del concurso a través
del correo electrónico, facilitando y haciendo así más cómoda la participación.
Por último, ¿animaría a participar a otros autores en la
siguiente convocatoria del 2025?
Por supuesto que sí. Aunque no soy asidua de los concursos, el
Premio Orola me parece de los que están mejor organizados, todo al detalle. Los
temas te hacen trabajar, documentarte y disfrutar en todo el proceso. Me parece
un certamen único en su género porque pone en valor el tema de «Facer
Españas», donde cada aspirante puede exponer su visión de un tema monográfico.
Particularmente le gusta la literatura española y siente predilección por los autores del siglo xix, con especial cariño a Galdós.
Sigo habitualmente el blog de Orola porque me gusta leer a diario la vivencia seleccionada que de cada autor se publica. Para mí es como una forma de empezar el día, casi como una oración. No he participado en muchos concursos: me gusta escribir para mí, pero tanto o más que escribir me gusta leer.
También la figura de Galdós sería digna de una edición por cuanto mereció el Premio Nobel y no se lo otorgaron.
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