LE
HABLARÉ DE ÉL
—Del más preclaro defensor de la pureza de nuestra lengua, vuestra alteza. Elio Antonio de Nebrija su nombre. Lo conoce, hace ya un tiempo fue vuestro maestro de latín. Y os dedicó un poema en su día con motivo de una peregrinación a Santiago de Compostela junto a Fernando. ¿Lo recordáis?
—Sí, claro, ni mi memoria ni mi voluntad flaquean. Hombre severo pero preclaro en la enseñanza.
—No me ha pedido intercesión ante vos; surge de mí, por el bien de Castilla y el de su reinado —casi interrumpe el eclesiástico.
—¿Y qué quiere usted? —El tono firme, sin melindres verbales.
—Que la lengua ayude a unificar los actuales reinos, de aquende y de allende, y de ese modo conformar un Estado nuevo y poderoso —tercia el dignatario de Dios—. Nebrija tiene avanzada la primera gramática castellana, un recopilatorio normativo de una lengua que debería servir como factor de cohesión para elevarla a un lugar preeminente.
El talaverano ha visto la obra y pese a estar inconclusa ya la admira, pero estima que no es momento de insistir.
—Es un pionero. Y os guarda devoción —abrocha.
Nacido en Castellón.
Licenciado en Geografía e Historia.
Escritor profesional desde 2010.
Propietario de un espacio web, www.teescriboloquequieras.com, desde el que elabora textos de la más variada índole temática y genérica a terceros.
Publicaciones: Solo los hombres sin patria pintan lobos de mar (2006); A ti Mateo, es a ti (2013); Temblores para una República (2015); La fragilidad (2017) y De los verbos del olvido (2019).
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