ANTOLOGÍA 2024: TURBIEDAD DEL OJO

 

 

TURBIEDAD DEL OJO

 
—No entiendo, así me lleven los demonios atado mi cuello con la más pesada ancla, esa obstinación que mostráis, reverendísimo cardenal Cisneros, por librar de su justo merecido a un hombre herético que se obstina en interpretar la Biblia desde sus textos hebreos. ¡Cuánta desgracia sobre este reino vertiera aquel denostable Pedro Martínez de Osma, sembrando en mentes inocentes sus mayúsculos errores!

—Vuestra reverencia es borrico impenitente, don Diego de Deza: desconocéis que tal vez al vulgo convengan los dogmas simples que le preserven en ciega obediencia, mas no al saber. Hombres como don Antonio son precisos para que lo que hoy se alumbra como disparate, un día vea en toda su plenitud la luz, alumbrada por la razón. Vuestra reverencia solo tiene oscuridad en las pupilas, cortedad de miras, prejuicios, quiere que nada cambie en los paradigmas por miedo a perder el monopolio de la razón.

»Al pueblo común tal vez la oscuridad convenga para que no ose salir del redil; pero necesitamos hombres con antorchas encendidas capaces de iluminar un poco más allá, capaces de marcar el sendero de lo que un día los nietos y bisnietos de hombres como los de ahora han de recorrer con admiración, con gratitud.

»A usted, don Diego, la historia le reserva el lugar de la consunción: será engullido por el olvido, como si nada en su vida hubiera existido. Ese que su reverencia denosta con inquina y probablemente envidia será estudiado por los siglos venideros como artífice, como valiente príncipe valedor de la razón y difusor del conocimiento. De su reverencia solo dirán que en vano fue una piedra en su camino.
 
 
Ignacio Martín Jiménez
Valladolid.
Doctor en Historia Contemporánea y profesor de enseñanza secundaria.
Cuatro premios de investigación histórica y cuatro de innovación educativa.
Publicaciones: una veintena de libros y cerca de cincuenta artículos de investigación, cinco novelas y numerosos poemarios.
(XVIII Antología)