viernes, 7 de abril de 2017

ANTOLOGÍA 2016: COSIENDO IMÁGENES EN MI VESTIDO ROJO




COSIENDO IMÁGENES EN MI VESTIDO ROJO

Triste día este que aúlla entre el tiempo y la memoria. Hoy he juntado mis fotografías, la necesidad de llevar mi vestido rojo y coserlas a él, ha hecho que la mañana se pincele de suaves esquirlas y claroscuros que han atravesado las imágenes.

Me volví a ver sentada en el embarcadero de Atitlán, abriendo los ojos para dejar escapar miedos, escurrir la soledad en una inmensidad tan generosa que la escasez de mi cuerpo susurraba sobre el agua; y toqué con los dedos el arcoíris de Iguazú, vi correr las aguas que presurosas escapaban a la vejez temprana, sin darme cuenta apoyé mi cabeza en algún abuelo lejano de piedra en isla de Pascua, creí estar en la infancia de milenios y secretos.

Triste día para juntar mis fotografías y verme recogiendo los pasos en la inmensa arena de Ica, donde pensé que las dunas eran caballeros que venían a rescatarme de esta locura de vivir. Creí estar llorando, pero no pude recoger en la imagen ninguna lágrima, Perito Moreno con su cuerpo helado congeló mi mejilla, dejando la tristeza acurrucada al borde de la noche.

Caían las fotografías en mi vestido rojo, descansaban sosegadas de recuerdos, me sentí gigante, tan gigante que la nostalgia era una mota de polvo viajando entre las estrellas, y mi habitación una América salvajemente bella y joven.

Se cayeron de las manos pedazos de vida, que se cosieron al recuerdo de tierras donde mi piel era solo un efímero eco de su geografía.

Raquel Viejobueno
(X Antología)


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