VIEJA, VIDA VIVIDA
Escribo lo que tú cuentas…
Escribo para que leas…
Va su pueblo a él,
a su pensamiento, cubriendo sus recuerdos y su historia, donde nacieron
anhelos, en cambiantes horizontes.
La huella de tu
pasado, corre la noche deprisa y el día pregunta por ti.
El tiempo sigue,
sin menguar la intensidad de tu vivir, tu sentir y sin fecha de caducidad.
¡Oh! ¡Gozos
aurorales, de madrugadas heladoras, donde había que compaginar, siendo niño
trabajo y colegio, para subsistir!
Hoy lo cuenta; un
hombre, que sus ojos y su rostro reflejan amor, a pesar de las carencias…
Mañanas que en los
amaneceres de otoño, ruge el viento, a través de la ventana y en el corral
bicicleta y cesta esperan para salir, hacia esos campos morados azafraneros,
para cortar la flor cerrada, donde hay que recolectarla antes que abra. Guarda
en el alma, sus rincones preferidos, con ladrillos uno sobre otro (enseñanza de
su padre) pero estos con cales y arenas, mezcladas con baldes de lucha.
Los pajarillos en
el árbol de la placeta no cantan, ni tienen las algarabías del apareamiento,
echan de menos las alegres carreras de aquellos niños, de juegos callejeros,
donde quitaban astillas a las puertas castellanas, que se llamaba la chicota.
De una patria, nace
el pueblo, de este el vivir de sus hombres.
Su voz se convierte en mi pluma, que soñadora vuelve a
llevarle aquellos tiempos, disfrutando de su contar de «facer Españas».
M.ª Carmen Agudo
Serna
(X Antología)
No hay comentarios:
Publicar un comentario