LA FORTUNA SONRÍE A LOS AUDACES: JUAN
SEBASTIÁN ELCANO
La diosa Fortuna me sonrió desde la infancia,
vine al mundo en la villa de Guetaria, un paraíso marino.
Un mar que me trae en sus pleamares océanos
lejanos, que saben a esperanza. Guardo la memoria de un pueblo y de mil tierras
unidas por océanos, guardo siglos de olor a mar.
Junto a este mar cántabro nací y en su orilla
me hice de piedra con ilusiones de plata. Más tarde, tomé el testigo de una
hazaña.
Viví rodeado de naos, galeones y noticias
imposibles. A mi sombra, aún niño, se hablaba de tonelajes y fechas de salida
de las flotas, así como el precio de sus bodegas y productos.
El atardecer solía sorprenderme soñando con
gestas, «cosas maravillosas» que, años después, narrara el gran cronista
Pigafetta desde la nao la Victoria. Yo, desde la isla de San Antón, el ratón de
Guetaria, ya las adivinaba, ya las ambicionaba.
Años más tarde, a la muerte de Magallanes a
manos de los malucos, estuve en el tiempo y lugar oportunos, el de los héroes,
para hacer la voluntad del guía muerto. Tomé la misión de conducir a buen
puerto un velero viejo, apolillado, gastado y cargado hasta los topes. Fue un
salto de león sin igual, desde el archipiélago malayo hasta Sevilla.
Entre las bestias que tuve que afrontar junto a
mis hombres diezmados, no fue la menor el espectro gris del hambre que nos
sonreía burlonamente con un nuevo martirio diabólico: las bodegas no estaban
vacías, sino repletas de setecientos quintales de especias, suficientes para
condimentar las comidas más opíparas de centenares de miles de hombres.
Fui fiel intérprete del «Plus ultra» de mi
señor Carlos V, que creyó en mí. «Primus circumdedisti me» mandó escribir en mi
escudo.
Mi nombre restaurado rejuvenece con cada
palabra que hoy se escriba. En mis entrañas guardo la clave para saber quiénes
somos, para «facer Españas».
M.ª Antonia García de León
Profesora de Sociología (Universidad Complutense de Madrid)
Escritora y poeta
(XIII Antología)
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