AFECTO
El afecto es algo intangible, puro, que nos envuelve
y nos cobija bajo su capa protectora.
El afecto no tiene fisuras. Es un bloque intacto,
un metal puro y noble, sin mixturas ni aleaciones.
Donde hay afecto, cabe la amistad y también el amor.
El afecto es consecuencia de la simpatía y de la comunidad de sentimientos.
El afecto es un oasis en el desierto de nuestro interés y egoísmo.
Las dificultades que, en nuestras vidas, crean la distancia y el tiempo
son superadas por el afecto.
El afecto es la brisa del amor que suaviza todo con su leve caricia.
El amor sin afecto es una arquitectura fría e imponente que nos sobrecoge.
¿Hay algo más maravilloso que el afecto entre padres e hijos,
entre hermanos o amigos?
El afecto nace del corazón bien nacido y sin doblez,
como algo espontáneo que embellece nuestra prosaica existencia.
Quien sabe buscar la poesía en la vida, sabrá cómo dar con el afecto.
El afecto es un requiebro a la bondad, una caricia al encanto,
una sonrisa al humor.
Y cuando veo que, alrededor mío, todo es materialismo y egoísmo,
me refugio cada vez más en el afecto.
Los niños tienen unas antenas especiales
para captar la pureza de nuestro afecto.
(Fernando Orlando, 1961)
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