TOLERANCIA
Me causan admiración esas personas amables
que saben entender y practicar la tolerancia.
La tolerancia supone que cada individuo es un
problema,
y que como tal hay que considerarlo.
Es muy corriente ser tolerante en todo aquello
que no nos afecte directamente.
Quien no sabe ser tolerante debe tomar conciencia de
ello
rápida y urgentemente para poner remedio.
Sí, muchas veces nos empecinamos en nuestras propias
ideas
porque creemos tener toda la razón.
La tolerancia se cruza siempre en el camino del
interés y del egoísmo,
que pugnan siempre por imponer sus propios criterios.
El que es tolerante solo puede serlo a base de una
gran paciencia.
La tolerancia del inteligente es la que persigue sus
fines
a través de la persuasión.
Cuando la sangre sube por las venas y se convierte
en intolerancia, el ser humano se acerca a la bestia.
La tolerancia debe fundarse, ante todo, en el amor por
nuestros semejantes, pero además en la confianza.
Ten confianza y te resultará mucho más fácil ser
tolerante.
(Fernando Orlando,
Tomo I, 1964)
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