«… Así dieron comienzo aquellos encendidos
debates frente a Domingo de Soto y Melchor Cano, hijos de la Escuela de Salamanca,
nietos de Francisco de Vitoria, biznietos de santo Domingo de Guzmán, cada vez
que los defendía: “¿Y si resulta que los indios son seres humanos dotados de
alma y razón, como nosotros?”…» (pág. 94, Jesús C. F., «Último día»).
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