«… Así
rescatamos la llamada Escuela de Salamanca de intencionadas omisiones y oscuras
tradiciones. Porque fue la primera en sentar las bases del edificio que hoy
sustenta el conocimiento universal. Teólogos y juristas, aquellos profesores
universitarios y españoles realizaron una labor pedagógica moderna y eficaz. Desde
el tomismo apelaron al libre albedrio y sentaron que la moral no depende de la
divinidad. Creer en dioses distintos o no creer en nada no hace malo al hombre…»
(pág. 138, Jesús Andrés Pico Rebollo, «Banderas de conocimiento»).
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