LA SEMILLA
DE LA LIBERTAD
Las
décadas y los siglos pasan, las personas y las generaciones mueren, los reinos
e imperios caen, pero algunas ideas son imperecederas. En especial aquellas que
nacen de las mayores virtudes y el esfuerzo de los genios de una generación. Esas
ideas son las que tienen el ímpetu y la capacidad de cambiar al mundo. Así de
imponentes y salvajes fueron las concebidas en la Escuela de Salamanca, España;
aunque fueron censuradas y sus padres perseguidos, sobrevivieron de manera
férrea y crecieron firmes en la conciencia y la razón de otros hombres y
pueblos. Para florecer en revoluciones y, finalmente, plantar el Estado moderno
y liberal que hoy conocemos en Occidente. Y, aunque sus flores tienen espinas y
están teñidas de rojo sangre, tienen un encanto y una belleza solemne que nos
recuerda la lucha vehemente que libraron nuestros antecesores para ganar los
derechos que hoy poseemos.
Alberto
Cárdenas Carbajal
Honduras
(XVI Antología)
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