«… De Cartago se exilió a Sevilla una
familia de romanos-bizantinos para vivir bajo el amparo de los reinos
visigodos. El hijo menor, Isidoro, muy dado a la lectura de los clásicos de la
antigua Grecia y Roma, fue arzobispo de Hispalis, elevado a su muerte a los
altares como san Isidoro de Sevilla. Tan grande era su saber clásico que se
traspasó a la Edad Media, impulsando un “renacimiento cultural” en Hispania y
Europa. Ya había organizado tres concilios en Sevilla en los que apuntaba sus
ideas del saber, el derecho y la libertad para todos…» (pág. 82, José M.ª García Plata, «Primer renacimiento»).
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