martes, 24 de diciembre de 2024

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«… Un hombre de Dios que atrajo a la Europa opaca la luz de la filosofía griega, sin desmerecer la fuerza nueva, un obispo pródigo en saberes y también generoso con los más necesitados, alguien lejano a la soberbia de los sabios, meditativo, austero y culto, que supo resolver diferencias con serenidad, apertura y profunda fe cristiana…» (pág. 178, Ana M.ª González, «Hijos de»).


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