EL
DEMIURGO
Ya en la vejez, sentado sobre la
hierba junto al río Henares, Elio Antonio de Nebrija pensaba en un sueño
impactante, mágico, que tuvo durante la infancia. Nunca lo contó, intuía que
debía mantenerlo en secreto para preservar su hechizo.
Primero vio dos espadas (una curva y
otra recta) suspendidas en el aire intercambiando golpes. La curva se
pulverizó, cayó en tierra y se clavó encima la otra espada. Al instante, de
esta última brotaron muchas letras, formando palabras y frases en latín a modo
de ramas de un árbol que, pronto, mutaron en castellanas. Estas, a su vez,
comenzaron a chocar entre sí de un modo frenético, caótico.... Y ¡de repente!,
apareció un hombre con toga (su rostro no se veía completo, sino solo partes,
que se sucedían unas a otras de forma casi instantánea). Abrió los brazos... y
volvió el orden. Por último, dentro de un escudo, vio una cruz, una espada y
una rama de olivo.
Paulatinamente, con el tiempo,
interpretó su significado: la espada curva era una falcata ibérica, la otra, un
gladius (espada romana), ambas
simbolizaban dos culturas. Una prevaleció sobre la otra, pero del humus
cultural ibérico se forjó, en cierta medida, el castellano. El hombre de la
toga era un demiurgo que ponía fin al caos. Los símbolos de la Inquisición
representaban la persecución inquisitorial que iba a padecer.
Un viento desapacible lo obligó a
levantarse. Y echó a andar... Caminaba lentamente, cerca de la orilla del río,
cuando vio su reflejo en la superficie ondulada del agua. Se fijó,
principalmente, en el rostro desdibujado por las ondas... Y, en breve,
reconoció en él la cara del hombre del sueño. «¡Yo era el demiurgo!», exclamó.
Sí, él era el demiurgo de las letras,
quien puso fin a la anarquía, al caos gramatical de la lengua castellana.
Teo López Nevado
Reside en Córdoba (España).
Es pintor autodidacta, filósofo y, aunque siempre
tuvo inquietudes literarias, solo en los últimos quince años se ha dedicado a
escribir de forma habitual (tiene varios relatos publicados en antologías y una
novela en Amazon).
(XVIII Antología)
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