EL
MÁS GRANDE HUMANISTA
Dotado
de un saber y curiosidad enciclopédicos, el principal logro por el que hoy se
recuerda a Nebrija es la autoría de la primera gramática de una lengua vulgar.
Que
actualmente el castellano sea el cuarto idioma del mundo se lo debemos, en
buena parte, a él. El resto, a la casualidad de que, por aquellas fechas, un
navegante arribase a las costas de un continente desconocido, lo cual originó
un imperio que duró cuatro siglos y unió las dos costas atlánticas a través de
un idioma común.
Unión
que, en 1487, ya previó Nebrija con los argumentos con que en Salamanca vendió
su Gramática
a la mujer más poderosa del mundo conocido: Isabel, reina y señora de Castilla.
Como
ocurrió con el latín y el Imperio romano, arguyó que «la lengua fue siempre
compañera del imperio». Esta vez, su Gramática evitaría
que el castellano se desvirtuara y descompusiera en tantas lenguas romances,
olvidando el vulgo su uso, como ocurrió con el latín.
No
obstante, fue su amigo y protector, fray Hernando de Talavera, quien le echó un
capote impagable cuando le descubrió a su regia penitente que conforme fuese
conquistando y sometiendo pueblos bárbaros de diversas lenguas, precisaría que
sus súbditos aprendiesen el nuevo idioma para entender las leyes impuestas,
comerciar, evangelizar, practicar y administrar la medicina o el derecho… Y
para ello, nada mejor que la Gramática que Nebrija le ofrecía.
Sergio Madrigal
Vallisoletano de nacimiento y madrileño de
adopción.
Administrativo con estudios de filología e
historia.
Antologizado en el Premio Orola 2023.
(XVIII Antología)
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