Mª Antonia Henarejos Soriano, de Cartagena, Murcia
Silencio en el camerino. Repaso el libreto mientras no pienso en nada.
Los nervios me hacen prisionera. Intento relajarme.
Me llaman para maquillarme y quisiera escapar. A continuación vuelvo al camerino y hago un par de llamadas al móvil.
Me reclaman para el ensayo general. Olvidé algún detalle del atrezzo.
Se escucha la voz en la oscuridad.
¡Atención! ¡Silencio! ¡Estamos a punto de empezar la función!
Detrás del telón escucho el fuerte murmullo de personas que se acomodan en sus butacas. Intento obviarlos y concentrarme en mi papel. La suerte está echada.
El director nos convoca para hacer ejercicios de relajación que solo sirven para inquietarme aún más. Tengo sensación de ahogo y me cuesta trabajo respirar. Bebo agua.
¡Falta un minuto! ¡Silencio!
Se abre el telón y comienza la magia del teatro.
Me siento feliz.
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