Ahí fuera, ríos de silencios
van arañando las orillas de la comunicación.
Se filtran por las rendijas de las ventanas que dejamos sin sellar,
y el ratoncillo que se deslizó por nuestra habitación y que ignoramos,
hoy se ha comido el papel con la clave del lenguaje cifrado
en el que conversaban nuestras miradas.
Las palabras exhaustas se ahogan
inundando las paredes con la ceniza de los días…
La rutina nos asedia…
Hay que conseguir hacerla desaparecer de nuestro horizonte.
¡Fuera...!
¡Nos subiremos a la vida...!
…Aspiraremos las fragancias, saborearemos la dulzura,
con mucho tacto huiremos del frío de la soledad
para quemarnos en las ansias.
Evitaremos que languidezca la risa…
Esa risa que sale del alma feliz…
Todo ello al arrullo de silencios, miradas y susurros…
Y de esa dulce melancolía, nacerán de nuevo nuestros sueños.
Juan Carlos Somoza García
BILBAO
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