martes, 17 de enero de 2012

¡CÓMO TE HE BUSCADO, MI DIOS!

Tengo tantos años intentando encontrarte y a veces
lo he conseguido por lapsos cortos, pero nunca más allá de unos pocos segundos 

ya que me abandonas con demasiada facilidad.
Es tan difícil que mi mente te abra sus puertas y tan fácil
que te deje escapar obligándome a preguntarte; “¿Dónde estás?
¿por qué te fuiste?” Te he increpado llena de súplicas
que te des cuenta del vacío interno 

que lastima mi corazón cuando me abandonas. 
Ya se que a veces me has dado tanto
de este mundo y sin embargo no he sentido nada, 

que vacía es mi vida si no eres Tú el que se me entrega.
¿Por qué me pones tantas pruebas? 

yo no soy culpable de que esta mente cuestione todo de ti. 
Bórrame todos los pensamientos banales que surgen de mi mente, 
déjala en blanco y quédate solo Tú ahí. 
Sería como vivir en el Cielo 
estancado mi cuerpo en este mundo.

Fabiola Gioconda Villacis León 
Ecuador

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