martes, 28 de febrero de 2012

INCIDENTE

Está recostada
en el viejo puente,
entre grandes sauces
y junquillos verdes.
Sobre la baranda,
ambos codos tiene,
y con las dos manos,
sujeta las sienes.
Así pasa el tiempo
con sus pies tan leves
y despacio abreva
el silencio imberbe.
De tanto asomarse,
y de tanto verse,
han caído al agua:
labios, ojos, frente.
Y se va mirando
paisajes ausentes,
con su rostro nuevo,
la falaz corriente.

Sandra Rojas Díaz
Profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Villa Clara
VILLACLARA (Cuba)

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