en el viejo puente,
entre grandes sauces
y junquillos verdes.
Sobre la baranda,
ambos codos tiene,
y con las dos manos,
sujeta las sienes.
Así pasa el tiempo
con sus pies tan leves
y despacio abreva
el silencio imberbe.
De tanto asomarse,
y de tanto verse,
han caído al agua:
labios, ojos, frente.
Y se va mirando
paisajes ausentes,
con su rostro nuevo,
la falaz corriente.
Sandra Rojas Díaz
Profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Villa Clara
VILLACLARA (Cuba)
Profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Villa Clara
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