Con sólo nueve años
alumbra mi camino
sin distancia ni tiempo.
Esas nueve velas
con candela incandescente
fuerte y viva,
aunque ya también
dejen habitar inevitables
y pequeñas sombras humanas,
son la esencia
de mi diosa vida
reencarnada en ti,
ya no tan pequeña Sofía.
Siempre, y ubicua
en mi corazón,
que puede esperar
al alma aliada
con el espíritu;
y vencerá,
con el cuerpo renovado
en alma nueva
y libre y toda
y una que va…
sólo de donde vino
para siempre jamás
hacia una luz
cuando menos,
de saber.
Raúl García Rodríguez
ZAMORA
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