martes, 5 de febrero de 2013

CON UN SUSURRO ME BASTA

Nuestros diminutos dedos se rozaban por la necesidad
que nos fue arrebatada, y mis manos quedaron frías cuando
las tuyas se perdieron en la nada, en la mentira. Las manos de
mamá te buscan desde aquel día entre la ausencia y la ignorancia.
Ella te llora, apoyada en mi pecho, buscando en mi latido el
aroma de su hija, temblando por saber que sigues viva,
suspirando de alegría e impotencia.
Guarda en su pecho todo el amor que te debe, le asfixia,
pero intenta calmarse y te busca de nuevo.
Papá se marchó para siempre, con la ilusión de verte
junto a las estrellas, y ahora debe seguir esperando, de nuevo,
mientras tú sonríes; así te imaginamos en casa.
Nos arrebataron tu amor y a ti el nuestro.
Tan lejos y tan presente, hermana mía.
Espéranos, y si algún día te encontramos, sonríe si eres feliz,
para que madre sólo llore de alegría.

Jose Alejandro González Ferriol
GODELLA (Valencia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario