Como
venimos haciendo en días anteriores, seguimos publicando vivencias de la
Antología 2013.
UN
ANTES Y UN DESPUÉS
Allí donde se quedó mi alma, nadie se conocía pero nadie
era
un extraño. Rocé las puertas de la libertad. Solo música
y paz,
sin noche ni día. Enloquecíamos bailando, volando y
olvidando
la Presencia y la Muerte. Los caminos de tierra y los
habitantes
del poblacho yacían bajo los astros y las llamas de
fuego.
Brillaba la piedra preciosa entre rituales gitanos con
los pies
descalzos y el alma plena. El contacto se hacía
apreciable
aun siendo inexistente. Nuestros cabellos pedían más y
más
sensaciones. El sol presente me mandaba señales y
dialogábamos
largamente. Nos rodeamos con los brazos a la luz de la
lumbre.
Sentía no necesitar más poder ni más placer. El roce me
engrandecía y caminábamos por entre ruinas y largas
hierbas.
Nos desnudamos y volvimos a vestir sin tregua, y recitó
los más bellos versos de su vida junto a mí.
Irene
Baños Ruiz
Periodista
(VII
Antología pág. 91)
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