TRANSTERRADOS
Fueron tiempos difíciles; marchamos apesadumbrados, con
la patria
como bandera, pensando más en regresar que en el camino
que emprendíamos.
Compartíamos la misma idea de evitar esta triste
situación a futuras
generaciones; ni el hambre ni la necesidad deben separar
a una
familia.
Nuestro regreso se inundaba de esperanza al ver un país
nuevo,
donde emergía una nueva responsabilidad hacia sus
habitantes.
Bienaventurado es aquel que recibe los frutos plantados
en la tierra
que le ha visto nacer.
Tanto sufrimos los transterrados, tanta fe esperamos
encontrar en la
nueva patria, que nunca pensamos ser los espectadores
que veríamos partir a nuestros hijos hacia tierras
lejanas.
La lucha que emprendimos por cambiar las cosas
fue un juguete en las manos de aquellos a quienes
creímos.
Solo encontramos en nuestra lengua el sentimiento de
nuestra
España querida.
Querida Hispanoamérica, por ti vivimos con la fe
encendida.
Francisco Javier
González de Córdova
Licenciado en
Filología Hispánica
Profesor de Lengua
y Literatura española
MÉXICO
(VIII Antología pág. 129)
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