viernes, 20 de marzo de 2015

ANTOLOGÍA 2014: "ABUELA FÉNIX"

“ABUELA FÉNIX”

Su mirada espera que el agua empiece a hervir. El cocido se aclara
al ritmo del menguante dinero y piensa, claro que piensa. Mucho.
En las palabras de su difunto esposo cuando los niños no querían
comer algo: “Tenéis que pasar más hambre todavía…”.
Ellos le miraban con una mezcla de incredulidad y desencanto.
La guerra no volvería. Pero a veces no se necesitan armas para
acabar con todo. Una escarchada mañana de febrero, el jefe de obra
pitó el final y pasaron de la riqueza a la subsistencia.
Unas fichas de dominó empujaron a otras, el consumo cayó y ella
también perdió. Bienvenida, pobreza.

Ningún manto de esperanza, toda una escala de grises
en el horizonte y esos dos pequeños que no merecían crecer peor
que ellos. Pero ¿había algo mejor? No, el futuro era una palabra
del pasado y no volvería. Solo les quedaba la dignidad, pero la
entregaron el día que, desahuciados, llenaron el piso de la abuela con
una mezcla de derrota adulta y esperanza infantil.

Hay una voz que les dice: hay esperanza. Lo importante es mirar
atrás sin reproches y reafirmar que la culpa no es nuestra.
En el furor del momento, ignoramos la mano del maestro y la guía
de la sensatez. Aún estamos a tiempo de caminar más rectos, de
reinventarnos al calor del amor de una madre.

Ese charco de lágrimas bajo nuestros pies no se perderá, será el agua
que alimente las semillas del ave fénix que siempre llevamos dentro
y nunca invitamos a salir. Hay una voz dentro de nosotros que nos
empuja a luchar. Mamá nos dice que es hora de aliviar el dolor del
ocio y el recuerdo de la decadencia. Oímos el rumor de los años
perdidos. A veces nos volvemos a mirarnos en el espejo roto de la
inocencia, pero queremos luchar.
Y lo haremos, lucharemos por un país renacido con nuevas ideas.

La abuela tira de nosotros, algún día la recompensaremos.

Javier Casamor
SORIA
(VIII Antología pág. 165)

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