QUEDAN CABALLEROS
Será el canto romántico del cisne, seguramente lo será.
Pero ni siquiera ahora, en estos tiempos decadentes y
amorales,
cabe el abandono a la intemperie de una vieja dama.
Estremece saberla enajenada por enajenados, despojada y
tiritando
por el frío global del expolio. Pero mientras quede un
solo caballero
de la antigua orden, habrá este de ofrecerle los jirones
de su capa
para cubrir esa dolorosa desnudez y escudarla algo de la
barrida
del viento. Aunque nadie, ni el mejor paladín o el mejor
hechicero,
pueda esconder la vergüenza que nos cubre a todos,
queramos verlo o no.
Queda ya tan poco de España, que solo queda tratar
de reconstruirla. Lo más lejos posible del sinsentido, y
aun más allá.
Raúl Castañón del
Río
Técnico Especialista en Hostelería y Turismo
OVIEDO
(VIII Antología pág. 161)
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