YO HABLO CON TU LENGUA
Tienes
la piel colorida y ajada, el alma deshojada y cálida.
Eres
antigua y sabia, como lo son mareas y temperos.
Acogiste
mil pueblos. Aún mantienes oculta en tus entrañas la huella de mil pasos:
fantasmas de innumerables guerras, ruinas de templos olvidados, tesoros enterrados
bajo la luna llena, damas-diosas de ojos almendrados, cuevas donde dormitan
animales extintos.
Fuiste
intrépida amante. Arribaste a puertos exóticos para probar sus tierras adentro,
masticarlas, olerlas, besarlas con la lengua y fecundarlas. Rompiste corazones,
y a la postre el tuyo también quedó maltrecho. Desdorada, cargas con la
vergüenza del Viejo Continente.
Hoy te
miro a los ojos y veo mi reflejo.
Yo soy
esos que te tomaron y aquellos que tomaste.
Yo
visto tus paisajes.
Yo me
duermo al arrullo del latido de tus muertos.
Yo
hablo con tu lengua.
Sara Perea Maeso
(IX Antología)
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